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CLAVES PARA AFRONTAR LA BÚSQUEDA DE EMPLEO. DESDE LO ESENCIAL HASTA LO COMUNICATIVO

CLAVES PARA AFRONTAR LA BÚSQUEDA DE EMPLEO. DESDE LO ESENCIAL HASTA LO COMUNICATIVO

Has estado varios años en tu empresa, te sentías válid@ y segur@. Poseías una serie de cualidades que hacían te sintieras satisfech@ en tu trabajo. En tu entorno laboral existía una red de compañer@s, amig@s y todos los meses percibías una compensación económica que te permitía entrar, salir, vivir.

De pronto esa situación cambia. Pierdes esa seguridad y te entra el pánico. El pánico suele tener algo positivo y es que agudiza y activa el ingenio en la mayoría de los casos, en otros te bloquea y deprime. Estas fases pueden alternarse, cambiar de orden, repetirse cíclicamente, según la persona.

La pérdida de empleo nos brinda la posibilidad de parar el engranaje, la rueda de la rutina y reflexionar sobre muchos aspectos de nuestra vida que tal vez no eran los mejores, simplemente eran. Es un tiempo importante de reflexión, de comunicación con uno mismo.

En esa reflexión es importante ser consciente de lo que pierdes cuando pierdes el empleo.

No sólo se pierde el salario y las condiciones laborales que se tuviesen.

Se pierde también un orden vital, un ritmo.

Según Marie Jahoda (1979) estas son las funciones latentes que justifican la motivación positiva de cualquier persona hacia el empleo.

  1. El empleo impone una organización del tiempo.
  2. Implica regularmente experiencias compartidas y contactos con personas fuera del núcleo familiar.
  3. Vincula al individuo a metas y propósitos que rebasan el propio yo.
  4. Proporciona un estatus social y clarifica la misma identidad personal.
  5. Requiere una actividad habitual y cotidiana.

Conocer estas motivaciones resulta muy interesante porque podemos realizar un simple ejercicio que nos puede ser bastante beneficioso. Sustituir, cambiar las motivaciones que nos ofrecía el empleo por nuevas motivaciones útiles para la búsqueda del nuevo empleo y para la estabilidad personal:

1. El empleo impone una organización del tiempo.

Imponernos una organización del tiempo estructurada y eficaz.

La búsqueda de empleo no requiere de más de 8 horas de dedicación al día, probablemente menos, contando con la orientación y la formación que debamos dedicar para acceder de nuevo al mercado laboral.

Hay tiempo para la casa, la familia, los amigos y el deporte o aficiones

 2. Implica regularmente experiencias compartidas y contactos con personas fuera del núcleo familiar.

Realizar actividades que regularmente nos ofrezcan experiencias compartidas y contactos con personas fuera del núcleo familiar.

Pueden ser actividades en centros cívicos, de voluntariado o simplemente la práctica compartida de cualquier afición.

 3. Vincula al individuo a metas y propósitos que rebasan el propio yo.

Construir un proyecto de futuro con metas y propósitos a conseguir.

Pequeñas metas reales que nos hagan avanzar y sentirnos satisfechos. Conseguir metas propuestas es la mejor motivación para construir otras nuevas y que nuestro proyecto de futuro se vaya consolidando.

 4. Proporciona un estatus social y clarifica la misma identidad personal.

Mantener la seguridad en tu proyecto de futuro puede mantener tu estatus social y tu identidad personal.

Estar desemplead@ es un estadio más en el mercado laboral y también se puede ser el mejor en este puesto.

 5. Requiere una actividad habitual y cotidiana.

Imponernos una actividad habitual y cotidiana.

Está muy relacionado con la organización del tiempo. Necesitamos una rutina, saber qué vamos a hacer durante todo el día o parte de él, es cuestión de planteárselo y elaborar un horario para el día a día.

Como clave final y no por ello menos importante, subrayar que la actitud idónea ante un reto como es la búsqueda de empleo siempre es LA POSITIVIDAD.

Has estado varios años en tu empresa, te sentías válid@ y segur@. Poseías una serie de cualidades que hacían te sintieras satisfech@ en tu trabajo. En tu entorno laboral existía una red de compañer@s, amig@s y todos los meses percibías una compensación económica que te permitía entrar, salir, vivir.

De pronto esa situación cambia. Pierdes esa seguridad y te entra el pánico. El pánico suele tener algo positivo y es que agudiza y activa el ingenio en la mayoría de los casos, en otros te bloquea y deprime. Estas fases pueden alternarse, cambiar de orden, repetirse cíclicamente, según la persona.

La pérdida de empleo nos brinda la posibilidad de parar el engranaje, la rueda de la rutina y reflexionar sobre muchos aspectos de nuestra vida que tal vez no eran los mejores, simplemente eran. Es un tiempo importante de reflexión, de comunicación con uno mismo.

En esa reflexión es importante ser consciente de lo que pierdes cuando pierdes el empleo.

No sólo se pierde el salario y las condiciones laborales que se tuviesen.

Se pierde también un orden vital, un ritmo.

Según Marie Jahoda (1979) estas son las funciones latentes que justifican la motivación positiva de cualquier persona hacia el empleo.

  1. El empleo impone una organización del tiempo.
  2. Implica regularmente experiencias compartidas y contactos con personas fuera del núcleo familiar.
  3. Vincula al individuo a metas y propósitos que rebasan el propio yo.
  4. Proporciona un estatus social y clarifica la misma identidad personal.
  5. Requiere una actividad habitual y cotidiana.

Conocer estas motivaciones resulta muy interesante porque podemos realizar un simple ejercicio que nos puede ser bastante beneficioso. Sustituir, cambiar las motivaciones que nos ofrecía el empleo por nuevas motivaciones útiles para la búsqueda del nuevo empleo y para la estabilidad personal:

1. El empleo impone una organización del tiempo.

Imponernos una organización del tiempo estructurada y eficaz.

La búsqueda de empleo no requiere de más de 8 horas de dedicación al día, probablemente menos, contando con la orientación y la formación que debamos dedicar para acceder de nuevo al mercado laboral.

Hay tiempo para la casa, la familia, los amigos y el deporte o aficiones

 2. Implica regularmente experiencias compartidas y contactos con personas fuera del núcleo familiar.

Realizar actividades que regularmente nos ofrezcan experiencias compartidas y contactos con personas fuera del núcleo familiar.

Pueden ser actividades en centros cívicos, de voluntariado o simplemente la práctica compartida de cualquier afición.

 3. Vincula al individuo a metas y propósitos que rebasan el propio yo.

Construir un proyecto de futuro con metas y propósitos a conseguir.

Pequeñas metas reales que nos hagan avanzar y sentirnos satisfechos. Conseguir metas propuestas es la mejor motivación para construir otras nuevas y que nuestro proyecto de futuro se vaya consolidando.

 4. Proporciona un estatus social y clarifica la misma identidad personal.

Mantener la seguridad en tu proyecto de futuro puede mantener tu estatus social y tu identidad personal.

Estar desemplead@ es un estadio más en el mercado laboral y también se puede ser el mejor en este puesto.

 5. Requiere una actividad habitual y cotidiana.

Imponernos una actividad habitual y cotidiana.

Está muy relacionado con la organización del tiempo. Necesitamos una rutina, saber qué vamos a hacer durante todo el día o parte de él, es cuestión de planteárselo y elaborar un horario para el día a día.

Como clave final y no por ello menos importante, subrayar que la actitud idónea ante un reto como es la búsqueda de empleo siempre es LA POSITIVIDAD.

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